Los científicos llevan años advirtiendo sobre la
necesidad de tomar medidas urgentes y concretas para tratar de paliar los
efectos del cambio climático, y ha sido la inacción política la que ha llevado
a millones de ciudadanos a sumarse a las distintas concentraciones que durante
este tiempo se han organizado a lo largo de todo el mundo para exigirles que
actúen. Una "marea verde" que estos días, con motivo
de la Semana de la Acción por el Clima, ha vuelto a inundar las
calles de muchas ciudades y que también ha llegado a Bilbao donde
esta mañana cientos de personas, principalmente jóvenes, se han
concentrado frente al Ayuntamiento de Bilbao, en respuesta a la huelga
estudiantil y de consumo convocada contra la crisis climática, al grito de
"ni un grado más, ni una especie menos" o "si el planeta fuera
un banco, ya lo habríais rescatado. Que ha contado con el apoyo de más
de 300 organizaciones, sindicatos y partidos políticos, que se han sumado
al manifiesto en defensa del futuro del planeta.
"El pueblo lleva mucho tiempo pronunciándose.
Estamos gritando a los políticos, a quienes realmente pueden tomar medidas
efectivas, que hagan algo, pero no nos escuchan o no quieren hacerlo",
denuncia Irune Fernández de Bilbao, que ha acudido junto a su
hija pequeña Iraia y su marido Iker Alonso, a la concentración.
"Es descorazonador. Si están donde están y ocupan los cargos que ocupan,
es porque nosotros, el pueblo, los hemos escogido para que nos
representen", señala; y se queja de que todo es un espectáculo
"teatralizado" porque "lo único que hacen es sentarse a la mesa
y fingir que tratan de llegar a acuerdos" pero el resultado siempre es el
mismo, "ninguna medida y la promesa de que en la próxima reunión se
logrará el consenso, ¿no entienden que hay que actuar ya?", se
pregunta. A lo que Alonso añade: "Si hubiesen destinado todo el dinero que
durante estos años han invertido en organizar las cumbres y las reuniones para
cerrar acuerdos para luchar contra el cambio climático", como por ejemplo
el coste de los viajes, la seguridad o el cierre de las carreteras y de los
accesos, "en poner en marcha alguna medida concreta, a estas alturas se
habría avanzado bastante. Pero lo único que hacen es gastarse nuestro
dinero y ni si quiera nos escuchan".
Para evitar este tipo de situaciones, en la lectura
del manifiesto, una de las portavoces de la Alianza para la
Emergencia Climática en Bizkaia, Itxaso Apraiz, mencionaba
la importancia de "desarrollar mecanismos que garanticen la participación
y el control ciudadano en la discusión de problemas sociales
complejos, que permitan que el pueblo sea parte activa de las soluciones a
través de un proceso de democratización de la energía, la
alimentación, y el transporte, entre otros". Al tratarse, a su juicio, de
la "única forma de asegurar una transición ecológica justa" para
todos los colectivos y comunidades, y evitar que "nadie se quede
atrás". Aunque, ha hecho hincapié, no se puede hablar de una
transición justa -ni en el modelo energético, ni en el modelo productivo-,
"si no se aseguran empleos alternativos en sectores sostenibles, la
reducción de la jornada laboral y un mejor reparto del empleo".
Una crisis climática que es "consecuencia
de un modelo de producción y consumo que se ha demostrado que es inapropiado
para satisfacer las necesidades de muchas personas", porque además de
poner "en riesgo nuestra supervivencia", impacta de manera
"injusta especialmente a las poblaciones más pobres y vulnerables del
mundo", explicaba Antonio Páramo, otro de los encargados de
leer el manifiesto. Que en línea con lo apuntado por Fernández, considera
necesario que los grupos parlamentarios trabajen de forma
"coherente y coordinada" para que sus propuestas "no
queden en simples declaraciones de intenciones".
Para ello hace falta dinero, "mucho
dinero", como bien señalaba ayer el portavoz de EH Bildu, Mikel
Otero, en el Parlamento Vasco donde se declaró la emergencia climática, y
de forma unánime se aprobó un texto que plantea promover medidas para luchar
contra este fenómeno -aunque no se concretó el presupuesto que se iba a
destinar a ese fin- y tratar de lograr la "neutralidad" en emisiones
para 2050. Unas "políticas y soluciones" a las que
Páramo se ha referido como "alarmantes" porque están
fijadas para un futuro demasiado lejano" a pesar de que "Euskadi
tiene mucho que mejorar", como por ejemplo: impulsar la energía limpia -ya
que mientras la UE pone como objetivo el uso de un 32% de energías renovables
para 2030, en el País Vasco tan sólo suponen el 7%, y el tránsito energético,
ya que el 96% de los desplazamientos que se realizan en Euskadi, utilizan
derivados de petróleo.
"Las instituciones deben
pasar a la acción", deben encargarse de "promover el buen vivir de
las mayorías sociales", ha terminado Páramo, que ha mencionado la
importancia de que la gente siga participando en las movilizaciones, tanto en
la de esta tarde, como en las que vendrán, para "seguir exigiendo
que se diga la verdad".